La salud del ex presidente y líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, condicionará un posible encuentro con el Papa Benedicto XVI durante la visita apostólica a la isla programada del 26 al 28 de marzo próximo.
Tanto fuentes diplomáticas como eclesiásticas coincidieron en señalar que la reunión tiene "buenas oportunidades" de realizarse, siempre y cuando el estado físico de Castro lo permita y pese a no estar contemplada en la agenda oficial del viaje. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aseguró que el pontífice "está dispuesto" a saludar al líder cubano y aunque no confirmó de manera definitiva tal encuentro, lo calificó como una "eventualidad posible". Por otra parte, el embajador cubano ante la Santa Sede, Eduardo Delgado Bermúdez, afirmó que "Fidel tiene muy buen estado de salud", recordó que se encuentra retirado de la vida pública e indicó que, por eso, su saludo al Papa no está incluido en la agenda oficial. "No está incluido en el programa oficial un encuentro entre Su Santidad y Fidel, simplemente porque Castro no ocupa formalmente un puesto en el gobierno", acotó en entrevista. Pero no se descarta la posibilidad, creo que la misma estará determinada por el programa papal, por la situación de ese momento y no puedo adelantar pronóstico alguno. Pero puedo asegurar que no está descartado", sostuvo. Asimismo el diplomático anticipó que la llegada del Papa a Cuba "será un acontecimiento nacional", expresó su esperanza porque el pontífice "se sienta bien", que su viaje sea exitoso y guarde un recuerdo "tan grato como Juan Pablo II" que estuvo en su país en 1998. Estableció que el obispo de Roma será recibido en la isla "con mucho respeto, mucho cariño y aprecio" mientras existe total apoyo a la visita de parte de las autoridades civiles y el máximo deseo porque sea todo un éxito. "El gobierno le da toda la importancia, se ha creado una comisión nacional donde se encuentran los actores involucrados y además en el programa están considerados varios encuentros del presidente (Raúl Castro) con Benedicto XVI", añadió. Para Delgado la decisión de Joseph Ratzinger de visitar tanto Cuba como México es un gesto "altamente apreciado", en especial porque se trata de una persona de edad avanzada que debe realizar un esfuerzo para asumir un viaje de esas características. Señaló que el itinerario en la isla incluye su presencia en Santiago de Cuba, su paso por el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre y su traslado a La Habana. En la capital cubana se reunirá con el presidente, Raúl Castro, sostendrá un encuentro con los obispos y celebrará la misa en la Plaza de la Revolución. Reconoció que existe una relación oficial "óptima y fluida" entre la Iglesia y el Estado en Cuba, ayudada en parte por el cambio de medidas tomadas en los primeros años de la revolución y que tendían a discriminar a las personas con creencias de carácter religioso. "A medida que la revolución maduró y la propia Iglesia se incorporó en la vida diaria del pueblo se han eliminado estas medidas que en algunos casos estaban expresadas en disposiciones legales modificadas en el tiempo y, en otros, en disposiciones políticas también cambiadas". En ese contexto destacó la participación de la Iglesia en el actual proceso de reformas impulsado en la isla, cuyo proyecto fue presentado formalmente en una reunión con miembros de la Conferencia Episcopal que dieron sus opiniones, tomadas en cuenta por el gobierno. "Su Santidad, en el saludo al cuerpo diplomático de 2011, se refirió específicamente a Cuba y dijo que él alentaba estas reformas. Para nosotros es de alto valor que la Iglesia, no sólo cubana, sino también el Santo Padre favorezca ese proceso", indicó. "Si el afán de la Iglesia es que el hombre viva mejor y las reformas van en esa dirección, no debe extrañar que las apruebe", insistió. Fuente el informador.com.mx