El día de mañana (08/09/2011) estaremos celebrando los 100 años de la Coronación Canónica de la Virgen del Valle, fecha que llena de júbilo a buena parte del mundo y muy en especial a todos los venezolanos del oriente del país. La Virgen es también conocida como la Patrona de los marineros, que la llaman en oriente “la más tierna y dulce de las madres” y siempre la invocan antes de zarpar o lanzar la red. En su honor la Armada Nacional, quien también la tiene como Patrona, le rindió un hermoso tributo este martes en la Bahía de Pampatar.
Esta semana es una semana de paz y reconciliación donde todas las miradas están enfocadas en la Virgencita milagrosa. Desde la época de la Colonia, la Virgen del Valle es venerada, cuando en 1530 los españoles la traen a la isla de Cubagua, y luego del ciclón que azotó esa isla en 1542 fue trasladada hasta El Valle del Espíritu Santo, donde aún permanece y es visitada año tras año por millones de fieles que nos visitan desde todas partes del país, incluso muchos con apenas el pasaje vienen a pagar su promesa por los milagros recibidos. A mí me tocó muy joven, cuando me trasladé por primera vez a esta isla en compañía de mis padres desde la ciudad de Caracas, a cumplir una promesa porque a la edad de 15 años, siendo un prominente atleta de la selección nacional (lucha olímpica), sufrí una grave lesión en una rodilla y pensaba que no volvería a caminar. Pero la Virgencita nos ayudó a recuperarnos de ese grave trauma que representa para un deportista a tan temprana edad y gracias a Ella y al Nazareno, volví a caminar. Con la fe puesta en la historia de uno de los milagros realizados por la Virgen del Valle, entre ellos el de un pescador que pisó una enorme raya que le hincó su púa y, como consecuencia, la pierna se le ulceró. Los médicos opinaron que había que amputarla para salvarle la vida, pero rezó a la Virgen que si se la curase, le regalaría la primera perla que encontrase al sumergirse en el mar. El día siguiente se sumergió y, para sorpresa, logró pescar una gran perla en forma de pie que luego fue donada al museo, ubicado al lado de la Basílica Menor Nuestra Señora del Valle. Hoy quiero pedirle en forma pública a la Virgen del Valle, nuevamente, pero esta vez para que ayude a mi señora madre a recuperarse de un cáncer que le acaban de diagnosticar hace poco más de un mes. A esa Virgencita que ve por todos y que más de una vez nos ha ayudado, le suplico encarecidamente por la salud de mi madre (Cilenia). Muchas gracias por los favores concedidos. Fuente: Elsoldemargarita