"Hubo una fuerza dentro de mí y mi cuerpo estaba redescubriendo su vitalidad y fluidez", afirmó la monja Marie Simon-Pierre al recordar lo que sintió en la mañana del 3 de junio de 2005, día en que los síntomas del mal de Parkinson que la aquejaban desaparecieron sin explicación científica.
El testimonio de la religiosa, que atribuye su curación a la intervención milagrosa del papa Juan Pablo II, abrió el camino a la beatificación de Karol Wojtyla, que se concretará el próximo 1° de mayo. El decreto fue firmado el viernes pasado por el pontífice Benedicto XVI y abre el camino para la santidad. "No había más pesadez en mis músculos, podía moverme con normalidad. Para mí fue un nuevo nacimiento, un segundo nacimiento", explicó la hermana Simon-Pierre, que realizó una inusual conferencia de prensa en Aix-en-Provence, Francia. La recuperación milagrosa ocurrió dos meses después de la muerte de Juan Pablo II y al día siguiente de que la religiosa dijera a su superiora que no podría continuar más con su trabajo en la clínica de maternidad, debido al gran deterioro de su salud. "Le pedí que tomara un lápiz y escribiera el nombre de Juan Pablo II; vi que la escritura era desprolija e ilegible. Me dije a mí misma que no había nada que hacer sino esperar", resumió a los periodistas la madre superiora Marie Thomas. Sin embargo, al día siguiente, la monja, que había rezado a Juan Pablo II para sanarse, no presentaba síntoma alguno del mal de Parkinson. "Cuando me desperté sentí que no era lo mismo", afirmó la monja. La enfermedad que padecía hacía cuatro años ya no le provocaba temblores y ninguna parte de su cuerpo experimentaba rigidez. Hoy Marie Simon-Pierre tiene 49 años, goza de buena salud y trabaja en la clínica de maternidad de París. "Desde mi curación, muchas peticiones de oraciones han llegado de muchos países", dijo Marie. "A todas estas personas enfermas me gustaría decirles que no deben darse por vencidas. Al final del túnel, siempre hay un poco de luz", añadió. El año pasado se había puesto en duda el milagro, al cuestionarse el diagnóstico inicial de la enfermedad de la monja. Sin embargo, el viernes último, los médicos designados por la Congregación de las Causas de los Santos y el Vaticano emitieron un comunicado en el que afirmaron haber estudiado el caso "escrupulosamente" y determinado que la curación no tenía causa científica. El comunicado dio luz verde a la beatificación de Juan Pablo II, ceremonia que se realizará el 1° de mayo en la plaza de San Pedro del Vaticano y a la que la hermana Marie desea asistir. De esta forma se recorrerá el primer paso para que Wojtyla sea declarado santo, un pedido permanente de la comunidad religiosa desde el 8 de abril de 2005, día de su funeral, cuando una multitud repitió sin cesar " Santo Subito " (¡Santo ya!). Ese deseo se cumplió con celeridad, al punto de que el tiempo entre la muerte de Wojtyla y su beatificación será el más corto de la historia. A sólo un mes de la muerte de Wojtyla, el papa Benedicto XVI suprimió una regla de la Iglesia que obligaba a esperar cinco años para iniciar el procedimiento hacia la santidad. Por otra parte, una iglesia de Cracovia planea exhibir un frasco con la sangre de Juan Pablo II, que será colocada a modo de reliquia en el altar. La sangre fue extraída para realizar pruebas médicas en la policlínica Gemelli de Roma poco antes de su muerte, el 2 de abril de 2005. La idea fue del cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia (posición que también ocupó Juan Pablo II) y amigo y ex secretario del pontífice polaco. Fuente: la nación.